Nuestra danza es y será uno de nuestros amores y relaciones más importantes.
Invertimos mucho tiempo, dinero, amor, pasión, dolor, llanto.
Nuestra danza es un ciclo de esfuerzo y resultado.
En ella dejamos nuestras seguridades y vulnerabilidades.
La danza nos conecta directamente con sentimientos primarios.
El amor a la danza, el verdadero amor a la danza, es puro; por eso buscamos compartirlo con otros.
Como cuando eramos niñxs y le llevabamos flores a mamá. "Te presento algo que me gusta a mi, para demostrarte cuanto te amo"
Y sin importar la edad, esperamos la misma respuesta de parte de ellos.
Interés, reafirmación, apoyo, comprensión.
A nuestros padres, hermanos, familiares, parejas, amigos:
Nuestra danza no está en competencia con nuestra relación.
No es una competencia por nuestro amor, atención, tiempo.
Al contrario, nuestra danza es un lenguaje para nuestros vínculos y relaciones; es un reflejo y expresión, causa y efecto.
Véanos bailar, reciban lo que buscamos darles a través de nuestra danza.
Psic. @zaida.hergo
Bailarina Ho’omaka
Button